Es un tratamiento utilizado para reparar y salvar un diente gravemente dañado o infectado en vez de quitarlo. El procedimiento consiste en quitar la zona dañada del diente (la pulpa), limpiarlo y desinfectarlo, y después empastarlo y sellarlo. Las causas comunes que afectan a la pulpa: dientes agrietados, cavidades profundas, un tratamiento dental repetido o trauma.
Éste es un procedimiento que tiene como finalidad salvar una pieza dental que se considera enferma, infectada o dañada.
Una vez realizada dicha endodoncia, el diente se reconstruye para que tenga un aspecto natural, recupere su funcionalidad y no vuelva a presentar molestias al realizar actividades cotidianas, como comer o hablar.
Preguntas frecuentes
Una idea muy extendida entre los pacientes es que se trate de un tratamiento doloroso, sin embargo no es así; para su realización, se utiliza la misma cantidad de anestesia que para un relleno dental. De hecho, en la mayoría de ocasiones en las que es necesario hacer una endodoncia, es porque el paciente ya trae un dolor muy fuerte, y este tratamiento lo que busca precisamente es solventar dicha incomodidad. Hoy, gracias a la anestesia local, podemos realizar la endodoncia sin dolor para el paciente.
Generalmente, este tratamiento se realiza en una sesión, o dos, dependiendo del tiempo que lleve el diente con la infección podría requerir más tiempo. Cuando realizamos la endodoncia en dos sesiones, dejamos un medicamento al interior del diente durante 7-10 días que nos ayuda a descontaminar el diente; en la segunda sesión se procede a retirar ese medicamento y a sellar definitivamente los conductos.
Posteriormente pueden ser necesarias algunas citas más para la realización de una protección anti-fractura del diente con un pin y una corona.
Algunos síntomas que pueden indicar esta necesidad son:
Molestias al morder.
Sensibilidad al frío, calor, dulce o ácido.
Decoloración del diente, se va oscureciendo.
Hinchazón y dolor espontáneo que suele aumentar al estar acostado o en posición horizontal.
Sin embargo, hay ocasiones en las que el diente no presenta ninguna sintomatología, por lo que solamente puede detectarla el dentista, normalmente mediante una radiografía y otros exámenes adicionales.
La mayoría de las veces sí, pero hay casos en que la destrucción del diente es tan grande, que la única opción que tenemos es la de extraerlo y sustituirlo posteriormente con alguna de las opciones de prótesis, para restaurar la función masticatoria y estética.
En principio no, pero en el caso de tratarse de una infección severa, en la que el paciente sufra de un gran dolor o inflamación, si será muy recomendable el uso de medicamentos específicos, según te los indiquemos al momento de tu consulta.
Tras el tratamiento, es poco frecuente que el diente presente molestias, durante algunos días, al morder o presionar el diente. Es la consecuencia del uso de químicos para realizar la endodoncia, ya que podrían irritar el tejido que sujeta el diente, dicha molestia se reduce de forma gradual.
Hoy en día, el porcentaje de éxito de una endodoncia bien realizada supera el 95%. Para conseguir una tasa de éxito tan elevada, son necesarios una formación especializada adecuada, así como el uso de los últimos avances en endodoncia como son: el localizador de ápices (un dispositivo que nos permite medir con gran precisión la longitud de los conductos de las raíces), instrumentación rotatoria y sellado de los conductos. Todo esto nos garantiza una limpieza minuciosa del conducto y un sellado sin fugas, con lo que disminuimos en gran medida el riesgo de reinfección por parte de las bacterias.
Nos llegan muchos casos de endodoncias fracasadas; normalmente, estos problemas que afectan al diente suelen estar relacionados con una endodoncia incompleta, en la que hubo algún problema con la limpieza o sellado de los conductos. Suele estar relacionado con la acción de algún odontólogo inexperto en esta materia, o que no dispone de una aparatología avanzada que ofrezca altos porcentajes de éxito al tratamiento.Otros problemas que nada tienen que ver con una endodoncia defectuosa, podrían ser: una anatomía dental anormal (conductos excesivamente curvos o calcificados; existencia de conductos laterales, etc.) que complica seriamente el tratamiento, así como una infección contagio por la infección de algún diente aledaño. Afortunadamente, estos casos no son tan frecuentes.
Este proceso consiste en vaciar el conducto radicular del relleno que se introdujo cuando le hicieron la endodoncia inicial, desinfectar y sellarlo nuevamente.
La única alternativa a la reendodoncia, es la apicectomía o la extracción del diente. Con la reendodoncia intentamos otorgarle una segunda oportunidad para salvar un diente.
Es normal presentar molestias, inflamación y moretones después de un
procedimiento quirúrgico. Por ello es importante seguir las indicaciones
del odontólogo para reducirlas al mínimo.
Siga al pie de la letra la toma de los medicamentos en los horarios y
días indicados, de preferencia después de ingerir alimentos, o según
indique la receta. Esto ayudará a prevenir molestias por acidez
estomacal y náuseas. Recuerde, si está tomando medicamentos contra el
dolor, esto puede afectar sus reflejos, ya que algunos producen sueño,
así que evite manejar vehículos o maquinaria pesada si presenta
somnolencia.
En ocasiones, después del procedimiento se coloca una gasa enrollada en
el sitio(s) de extracción, debe mantenerla en su lugar con presión de
mordida durante 20 minutos aproximadamente. Si es necesario puede
reemplazar la gasa enrollada cada 30 minutos hasta reducir y detener el
sangrado.
La cantidad de sangrado puede variar de una persona a otra. En la mayoría
de casos el sangrado disminuye en 3–4 horas, pero es común que persista
un sangramiento leve hasta por 24 -72 horas post cirugía o incluso en
los siguientes días si accidentalmente se lastima con algún alimento.
Realice los enjuagues con la solución indicada suavemente, paseando el
líquido por toda la boca durante 1 minuto, 3 veces al día. No haga
enjuagues vigorosos ya que puede ocurrir un desalojo del coagulo y la
apertura de la herida si se sueltan o rompen los puntos de sutura.
Se recomienda lavar la zona de extracción con una jeringa de irrigación.
Llene la jeringuilla con agua salada tibia y coloque la punta de la
jeringuilla en el sitio de la extracción. Empuje suavemente el émbolo
para enjuagar y remover las partículas de alimentos. Esto debe realzase
durante los primeros 8 días después de la cirugía para evitar el acumulo
de alimentos y halitosis (mal olor en la boca) y acelerará el proceso de
curación.
La inflamación es normal después de una cirugía y es la causa principal
de molestias posteriores a un procedimiento quirúrgico (extracciones,
implantes etc). El proceso inflamatorio podría llegar a su punto máximo
al tercer día y luego comienza a disminuir.
Para permitir que el coágulo de sangre se forme sin problemas, no ingiera
alimentos durante las primeras 2 horas después de la cirugía. Comience
con una dieta líquida o semisólida, blanda. Poco a poco aumente su dieta
según pueda tolerarlo. Siempre ingiriendo alimentos fríos durante las
primeras 24 horas.
Debe comer solamente alimentos suaves durante la primera
semana, por ejemplo: sopas, huevos, puré de papas, plátano y verduras
salcochadas, alimentos que no requieran mucha fuerza para masticar.
También puede ayudar la ingesta de suplementos alimenticios como ensure.
No debe comer: alimentos picantes, calientes o muy
condimentados, tostados o nada que suelte migas, como pan francés, pan
dulce, corteza de pizza, bistec o carne seca de res, nueces o palomitas
de maíz.
Indicaciones Importante después de la cirugía
No ingerir bebidas con pajilla ya que esto producirá un efecto de
presión negativa o succión del coágulo, y podría producir una
hemorragia y complicar la el proceso de cicatrización.
No comer alimentos condimentados, picantes o grasosos durante 10
días.
No fume ni beba alcohol durante 1 semana ya que es perjudicial para
la cicatrización.
No escupir
No se exponga al calor (sol, cocina, parrillas etc.)
Se recomienda cepillarse los dientes y utilizar hilo dental con
movimientos delicados sin lastimar la zona intervenida, si no lo
hace, el acúmulo de placa bacteriana y de alimentos cerca del sitio
de extracción retrasarán la cicatrización. Su cepillo debe ser de
cerdas suaves o extra suaves.
Usted puede volver a sus actividades normales 2 o 3 días después de
su cirugía (si no hay otra indicación específica).
Las actividades físicas deben ser mínimas durante
la primera semana después de la cirugía. No realice ejercicios
físicos extenuantes o que generen agitación durante al menos 1
semana, ya que aumenta la presión arterial, lo que causará un
aumento de la inflamación, dolor y sangrado. (ejercicio, deportes,
manejar distancias largas etc.)
Evite doblarse, levantar objetos pesados o hacer esfuerzos. Tenga en
cuenta que probablemente no está alimentándose normalmente y esto le
puede debilitar y limitar aún más su capacidad para hacer ejercicios.
Para reducir la inflamación debe aplicarse compresas frías o
hielo (de gel o en una bolsa colocar hielo) en la
mejilla o área tratada de forma alternada durante 20 minutos,
realizando al menos 8 aplicaciones de hielo durante las primeras 24
horas solamente, teniendo cuidado de no producir quemadura por
contacto excesivo con el hielo.
Qué hacer si se inflama después de las 48 horas: Ya
no aplicar hielo después de las primeras 24 horas; lo que debe hacer
es colocar compresas de agua tibia por 20 minutos
3-5 veces al día junto con enjuagues de agua con sal (disuelva ½
cucharadita de sal en medio vaso con agua tibia). Enjuague
suavemente con agua salada durante 1 minuto 3 veces al día por 5-7
días hasta que disminuya la inflamación.
Qué hacer si aparecen moretones: Es normal la
aparición de moretes o manchas en la piel que se desplazan hacia
debajo de la zona tratada, en esos casos se recomienda la aplicación
de un gel para acelerar la desaparición de los moretes formados
(consulte a la clínica); también debe saber que estos desaparecerán
normalmente en unos 10-15 días aun cuando no se realice ningún
tratamiento para esto.
¿QUÉ PUEDES COMER DESPUÉS DE LA CIRUGÍA?
Helados/sorbete, flan, gelatinas: Es una indicación muy importante
el ingerir alimentos muy fríos ya que esto ayuda a enmascarar la
sensación de adormecimiento y a reducir el sangramiento y la
inflamación.
Yogurt líquido, semisólido o batidos de yogurt con la fruta que más
te guste.
Frozen o milkshakes, jugos, té frio, todo sin pajilla para evitar
complicaciones.
Purés de carne, verduras, de papas, de tus alimentos favoritos
Sopas o cremas: Serán una fuente importante de proteínas para esos
primeros días de dieta blanda. Lo mejor es hacerlas a base de caldo,
sin trozos grandes que puedan dificultar su ingesta, y no debes
comerlas demasiado calientes sino más bien tibias, ya que lo
caliente podrían alterar la cicatrización.